Según nos manifestó este vecino la orden se habría librado porque estas 180 hectáreas son terrenos privados a nombre de Jorge Rivero que a su vez este les habría vendido esas tierras a cambio de tabaco hace más de 13 años. El mayor inconveniente es que no cuentan con documentación que pruebe la compra y por lo tanto no poseen herramientas legales para defenderse. Ellos insisten en quedarse en el lugar hasta las últimas consecuencias. Estas familias cuentan con plantaciones y animales en el lugar y en caso de ser desalojados no tendrían donde reubicarlos.
Audio José Márquez: