Hasta el momento, Borges enfrentó dos reconocimientos: uno de los testigos no logró identificarlo y el otro dijo que no estaba del todo seguro que fuera la persona a la que vio escapar a bordo de una motocicleta tras efectuar los mortales disparos contra Carballo. Además, la abogada del imputado presentó una serie de testigos que aseguran que en la mañana del 26 de octubre pasado Borges estuvo en Garupá y recién llegó a San Vicente en horas del mediodía a bordo de su motocicleta. Y también solicitó la nulidad del secuestro de dos proyectiles calibre nueve milímetros hallados por la Policía en el baño del bar de Borges.
Los peritos habían concluido que esos proyectiles pasaron por la recámara de la pistola calibre nueve milímetros usada en el crimen, ya que la marca dejada por la uña extractora coincidía con la hallada en las vainas servidas recogidas en el lugar del hecho. Si ese planteo prosperara, la Justicia se quedaría sin la única prueba científica que lo vincula con el homicidio.
La larga licencia solicitada por el juez de Instrucción de San Vicente, Juan Carlos Cantero, también atenta contra la investigación. Es que ahora ese Juzgado es subrogado en forma alternada por los dos jueces de Instrucción de Oberá, que están a más de cien kilómetros.

“La verdad es que hasta ahora tenemos muy pocos elementos para dictarle un procesamiento a Borges Cabalheiro”, se sinceró una fuente judicial.
Fuente: Noticiasdel6.com