Durante la cena transcurrida en el salón Pacífico del Hotel Hilton donde se realizó el lanzamiento del torneo se habló de un tema local que dominaba la escena: el descenso de categoría de River Plate. Pocos asistentes podían creer que uno de los clubes más poderosos de la región acabara de caer de semejante manera a la “B”. Pero también quedaron impresionados con el impacto mediático casi sin precedentes en la historia de la Argentina.
Un abogado que se desempeña en la AFA y un letrado vinculado a la entidad de Núñez (enfrentado a Daniel Passarella), con acceso a la sede de la calle Viamonte 1366, pararon a Don Julio. “Tenemos un proyecto para hacer un campeonato nuevo”, le espetaron. La primera reacción de Grondona fue inmediata. “No hay tiempo”. Y se fue. Cuando volvió de una de las mesas a las que había ido se cruzó, una vez más, con los dos hombres. “¿Cómo es eso del proyecto?”, preguntó. Escuchó rápido de qué se trataba y dijo: “Bueno, es muy interesante para la federalización del fútbol, después lo hablamos”. Desde aquel episodio del Hilton hasta anoche, se agilizó el tema y se sumaron algunas personas que trabajaron durante diez días para ver si se llega a lanzar el nuevo certamen antes de que comience el Apertura tanto de la Primera A como en la B Nacional. Hay que convencer rápido a Grondona y querían tener todo listo para el encuentro. Con esto en marcha, de aprobarse, este año no habría descensos y así, River seguiría con el invicto de no perder la categoría.
La audaz idea surgió para tratar de hacer algo para revalorizar al alicaído fútbol local. Sin los Millonarios en el escalón más alto, con sólo dos clásicos en primera división, como el de Independiente y Racing y el de Unión y Colón, muchas cuestiones vinculadas al negocio de la redonda y de la televisión también se perderían. Boca, San Lorenzo, Estudiantes y Newell’s ya no necesitan llegar al clásico. No los hay. Así parió la iniciativa, o sea este nuevo campeonato largo. En vez de ayudar a River y que un tsunami de críticas llegara a algunos dirigentes, ayudarían a eliminar una categoría y todos pasarían a jugar en primera división. O sea, 20 ascensos inmediatos. Un torneo con 40 clubes, los 20 que integran la Primera A y los 20 que participan de la B Nacional. Todos juntos distribuidos de manera relativamente equitativa y cinco zonas de ocho equipos (tal vez diez, en cuatro grupos) y un impulso definitivo para la federalización del fútbol. ¿Cuántos clubes se quejarían de ascender? ¿Algún dirigente de la B se opondría, sabiendo que en un año puede saltar de la B a Primera? ¿Habrá clubes del interior que no quieran esto? Ya se sabrá.
La intención es que en la primera ronda haya cinco cabezas de serie, Boca, River, Racing, San Lorenzo e Independiente y después ubicar al resto de los equipos, por sorteo, algo similar como se hace en un Mundial. En estudio está el tema de cómo hacer jugar los clásicos. Una de las propuestas es cruzarlos como cierre de la primera ronda y la revancha en la última jornada, pero aún no está resuelto. Se pensó en hacerlos todos juntos, como en las décadas del ’60 y ’70.
Una vez que terminen de jugar en sus respectivas zonas, los cuatro primeros de cada grupo (20 clubes) pasarán a disputar una liga superior y los dos primeros de ese campeonato se clasificarán de manera automática para disputar la Libertadores. Los demás, del quinto al octavo puesto (los otros 20) realizarán una liga inferior y los últimos cuatro de ese certamen perderán la categoría. Si de ese cuarteto hay equipos del interior, pasarán a jugar directamente el Torneo Argentino y si son de la Capital Federal o el Gran Buenos Aires, disputarán la B Metropolitana. En tanto que para ascender se mantendrá el actual sistema de ascenso, dos provenientes del interior y dos de la B, que se clasifican mediante un reducido. Así siempre se mantendrán las plazas del interior. Con respecto a la Copa Sudamericana, los clasificados seguirán entrando por la sumatoria de puntos. Allí se cuentan los que sacó el equipo en la zona inicial, más los que sumó en el torneo de los 20, lo que implica que un conjunto que juega en la liga inferior y anda bien puede disputar un torneo continental. Así no pierden el incentivo. Además, el proyecto incluye un pedido para que los visitantes puedan volver a presenciar a su equipo. También cambiarán de nombre las categorías. Como en el fútbol europeo, habrá Serie A, B y C.
Grondona hace tiempo que viene pensando en modificar el actual sistema de Apertura y Clausura y hacer un torneo extenso. Así tendría la variante y muchos de los dirigentes del interior que hoy lo critican ya no lo harían. Además, se incrementaría en varios millones de pesos el ingreso para las instituciones de parte de Fútbol para Todos debido a la gran cantidad de partidos que habría. “Sí, lo estamos estudiando. No es fácil y hay poco tiempo, pero veremos si se llega”, dijo a Veintitrés uno de los hombres que no vio a la selección nacional para acelerar el proyecto. Otro dirigente de la B Nacional confirmó que la semana que viene puede haber alguna novedad. Es más, el primer boceto del certamen propuesto ya cayó en manos de uno de los ministros que más se mueve en el planeta del balón y se lo dio a algunos de sus asesores legales para estudiarlo. También lo tiene un diputado kirchnerista de buena relación con el presidente de uno de los clubes más grandes de la Argentina. Los dos miraron con entusiasmo la iniciativa. Ambos le darían su apoyo inmediato de manera pública. Ya se sabe que todos esos encuentros se televisarían por el sistema de Fútbol para Todos y esto le quitaría la televisación de la B Nacional a una empresa del Grupo Clarín, ya que TyC Sports tiene los derechos del ascenso hasta 2014. Es más, Daniel Passarella había recibido una propuesta para que River jugara los domingos a la mañana (entre las 11 y las 12) cuando fuera local y para que TyC Sports no tuviera que competir con el fútbol de Primera A. De visitante lo haría los jueves por la noche y con la televisación por el canal público.
Si bien el campeonato de Primera A y la B Nacional ya tienen fecha de largada, el fin de semana del 7 de agosto, si los pasos se aceleran quizás el nuevo campeonato podría comenzar una semana más tarde. Así están las cosas hasta este momento. Los pocos involucrados en el proyecto trabajan rápido y casi sin descanso. De seguir viento en popa, el futbol doméstico pueda cambiar de raíz. Casi sin proponérselo, Grondona le volvería a dar una mano a River. Algo similar ocurrió en la década del ’80 cuando se implementó el cuestionado sistema de los promedios, ya que así el club de Núñez evitó la pérdida de la categoría. A Don Julio, además, lo entusiasmó siempre copiar el modelo de torneo que se disputa en México, donde se dividen en zonas y después juegan una miniliga para determinar al campeón del fútbol azteca. El proyecto avanza, es cuestión de horas para saber cómo termina la iniciativa. “No ayudamos a River a salir del descenso, ayudamos a 20 clubes a sumarse a Primera”, explicó uno de los animadores del proyecto a esta revista. El Comité Ejecutivo de la AFA tiene la última palabra. La primera fue escrita en un borrador que se hizo en el bar que está al lado de la entidad.
La audaz idea surgió para tratar de hacer algo para revalorizar al alicaído fútbol local. Sin los Millonarios en el escalón más alto, con sólo dos clásicos en primera división, como el de Independiente y Racing y el de Unión y Colón, muchas cuestiones vinculadas al negocio de la redonda y de la televisión también se perderían. Boca, San Lorenzo, Estudiantes y Newell’s ya no necesitan llegar al clásico. No los hay. Así parió la iniciativa, o sea este nuevo campeonato largo. En vez de ayudar a River y que un tsunami de críticas llegara a algunos dirigentes, ayudarían a eliminar una categoría y todos pasarían a jugar en primera división. O sea, 20 ascensos inmediatos. Un torneo con 40 clubes, los 20 que integran la Primera A y los 20 que participan de la B Nacional. Todos juntos distribuidos de manera relativamente equitativa y cinco zonas de ocho equipos (tal vez diez, en cuatro grupos) y un impulso definitivo para la federalización del fútbol. ¿Cuántos clubes se quejarían de ascender? ¿Algún dirigente de la B se opondría, sabiendo que en un año puede saltar de la B a Primera? ¿Habrá clubes del interior que no quieran esto? Ya se sabrá.
La intención es que en la primera ronda haya cinco cabezas de serie, Boca, River, Racing, San Lorenzo e Independiente y después ubicar al resto de los equipos, por sorteo, algo similar como se hace en un Mundial. En estudio está el tema de cómo hacer jugar los clásicos. Una de las propuestas es cruzarlos como cierre de la primera ronda y la revancha en la última jornada, pero aún no está resuelto. Se pensó en hacerlos todos juntos, como en las décadas del ’60 y ’70.
Una vez que terminen de jugar en sus respectivas zonas, los cuatro primeros de cada grupo (20 clubes) pasarán a disputar una liga superior y los dos primeros de ese campeonato se clasificarán de manera automática para disputar la Libertadores. Los demás, del quinto al octavo puesto (los otros 20) realizarán una liga inferior y los últimos cuatro de ese certamen perderán la categoría. Si de ese cuarteto hay equipos del interior, pasarán a jugar directamente el Torneo Argentino y si son de la Capital Federal o el Gran Buenos Aires, disputarán la B Metropolitana. En tanto que para ascender se mantendrá el actual sistema de ascenso, dos provenientes del interior y dos de la B, que se clasifican mediante un reducido. Así siempre se mantendrán las plazas del interior. Con respecto a la Copa Sudamericana, los clasificados seguirán entrando por la sumatoria de puntos. Allí se cuentan los que sacó el equipo en la zona inicial, más los que sumó en el torneo de los 20, lo que implica que un conjunto que juega en la liga inferior y anda bien puede disputar un torneo continental. Así no pierden el incentivo. Además, el proyecto incluye un pedido para que los visitantes puedan volver a presenciar a su equipo. También cambiarán de nombre las categorías. Como en el fútbol europeo, habrá Serie A, B y C.
Grondona hace tiempo que viene pensando en modificar el actual sistema de Apertura y Clausura y hacer un torneo extenso. Así tendría la variante y muchos de los dirigentes del interior que hoy lo critican ya no lo harían. Además, se incrementaría en varios millones de pesos el ingreso para las instituciones de parte de Fútbol para Todos debido a la gran cantidad de partidos que habría. “Sí, lo estamos estudiando. No es fácil y hay poco tiempo, pero veremos si se llega”, dijo a Veintitrés uno de los hombres que no vio a la selección nacional para acelerar el proyecto. Otro dirigente de la B Nacional confirmó que la semana que viene puede haber alguna novedad. Es más, el primer boceto del certamen propuesto ya cayó en manos de uno de los ministros que más se mueve en el planeta del balón y se lo dio a algunos de sus asesores legales para estudiarlo. También lo tiene un diputado kirchnerista de buena relación con el presidente de uno de los clubes más grandes de la Argentina. Los dos miraron con entusiasmo la iniciativa. Ambos le darían su apoyo inmediato de manera pública. Ya se sabe que todos esos encuentros se televisarían por el sistema de Fútbol para Todos y esto le quitaría la televisación de la B Nacional a una empresa del Grupo Clarín, ya que TyC Sports tiene los derechos del ascenso hasta 2014. Es más, Daniel Passarella había recibido una propuesta para que River jugara los domingos a la mañana (entre las 11 y las 12) cuando fuera local y para que TyC Sports no tuviera que competir con el fútbol de Primera A. De visitante lo haría los jueves por la noche y con la televisación por el canal público.
Si bien el campeonato de Primera A y la B Nacional ya tienen fecha de largada, el fin de semana del 7 de agosto, si los pasos se aceleran quizás el nuevo campeonato podría comenzar una semana más tarde. Así están las cosas hasta este momento. Los pocos involucrados en el proyecto trabajan rápido y casi sin descanso. De seguir viento en popa, el futbol doméstico pueda cambiar de raíz. Casi sin proponérselo, Grondona le volvería a dar una mano a River. Algo similar ocurrió en la década del ’80 cuando se implementó el cuestionado sistema de los promedios, ya que así el club de Núñez evitó la pérdida de la categoría. A Don Julio, además, lo entusiasmó siempre copiar el modelo de torneo que se disputa en México, donde se dividen en zonas y después juegan una miniliga para determinar al campeón del fútbol azteca. El proyecto avanza, es cuestión de horas para saber cómo termina la iniciativa. “No ayudamos a River a salir del descenso, ayudamos a 20 clubes a sumarse a Primera”, explicó uno de los animadores del proyecto a esta revista. El Comité Ejecutivo de la AFA tiene la última palabra. La primera fue escrita en un borrador que se hizo en el bar que está al lado de la entidad.
Fuente: veintitres.elargentino.com