Por primera vez, se ha logrado usar las señales cerebrales
del conductor para ayudar a frenar un automóvil, proporcionando con ello
tiempos de reacción mucho más cortos y un modo potencial de evitar accidentes
de tráfico causados por errores humanos.
Usando electroencefalografía (EEG), una técnica que requiere
adherir electrodos al cuero cabelludo, los investigadores han demostrado que su
sistema de lectura parcial del pensamiento, combinado con modernos sensores de
tráfico,
es capaz de detectar en el conductor la intención de frenar 130 milésimas
de segundo antes de la reacción normal de pisar el pedal del freno.
Puede parecer poco, pero conduciendo a 100 kilómetros por
hora, esos 130 milisegundos de antelación se traducen en 3,66 metros menos de
longitud en un automóvil de tamaño medio (o la diferencia potencial entre
sufrir un accidente o evitarlo).
En el estudio, los científicos identificaron las partes del
cerebro que más se activan cuando un conductor toma la decisión de frenar.
También se valieron de un simulador de conducción para demostrar la viabilidad
de la conducción asistida por lectura del pensamiento.
Además del uso de EEG, el equipo de Stefan Haufe, del
Instituto de Tecnología de Berlín, también decidió examinar la actividad
mioeléctrica, en este caso la causada por la tensión muscular en la parte baja
de la pierna. La medición de dicha actividad puede ser usada para detectar el
movimiento de pisar el freno antes incluso de iniciarse físicamente tal
movimiento.
Conviene matizar que, tal como advierten los investigadores,
su innovador sistema no está ideado para reemplazar al pedal del freno, sino
sólo para complementarlo. De todos modos, es obvio que, una vez perfeccionado y
autorizado para su instalación a gran escala en vehículos, este sistema de
control mental de frenado podría acabar salvando bastantes vidas humanas.
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Fuente: Noticiasdelaciencia.com, Tecnología en la RED