En
San Vicente hay más de quince lavaderos de automóviles que trabajan sin ningún
tipo de reglamentación y derraman sus desechos directamente a los cauces de los
arroyos, en algunos casos van a parar a los desagües que igual terminan
en los cursos de agua.
Los lavaderos de autos no tienen ningún tipo de filtro para que los químicos
que utilizan para lavar los automóviles no vayan a parar directamente a los
cursos de agua.
En los días normales cada lavadero lava entre diez y veinte autos, según la
capacidad de cada uno. En todos los casos usan productos químicos muy fuertes
para aflojar la mugre pegada en el chaperío, carrocería y motor del auto. Todo
el desecho corre junto con el agua hacia los arroyuelos que rodean a la ciudad.
En inmediaciones del conocido “Zanjón de la Muerte” se ubican varios de los
comercios mencionados. Por lo general los lavaderos de autos están cerca de los
cursos de agua y en la mayoría de los casos sus rampas, donde se posan los
vehículos, están ubicados sobre el mismo arroyo, de esa manera la suciedad que
sale va a parar directamente al agua.
San Vicente no tiene ninguna ordenanza que regule el funcionamiento de los
lavaderos de automóviles, según reconoció el director de Bromatología de la
Municipalidad, Mario Alberto Kamada. El funcionario señaló que no hay una
reglamentación para el funcionamiento de los lavaderos y la ordenanza de
Bromatología no contempla este tipo de comercios, por lo tanto no hay
condicionamientos para su habilitación.
Fuente: Primera Edición
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