El interés hacia la elaboración de etanol a partir de
biomasa como la del pino se remonta a bastante tiempo atrás, pero el
impedimento que ha obstaculizado su uso es que se trata de un material muy difícil de fermentar.
Es por eso que han desarrollado una levadura especialmente adaptada que va a
permitir una elaboración más eficaz de etanol a partir de madera de pino.
El equipo de la microbióloga Joy
Doran-Peterson, de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, ha
desarrollado una levadura que incrementa, de manera notable, la cantidad de
etanol que puede obtenerse de la madera de pino.
En resumen la investigación ha hecho posible una nueva y
prometedora vía para la producción sostenible de biocombustibles con los que
reemplazar al menguante petróleo.
Vea el Video (en ingles):
El proceso estándar comienza con un pretratamiento mediante calor y sustancias químicas, que dejan la madera en un estado que facilita a las enzimas degradar la celulosa descomponiéndola en azúcares.
Vea el Video (en ingles):
El proceso estándar comienza con un pretratamiento mediante calor y sustancias químicas, que dejan la madera en un estado que facilita a las enzimas degradar la celulosa descomponiéndola en azúcares.
En cuanto los azúcares son liberados, la levadura los
transforma en etanol, pero los compuestos producidos durante el pretratamiento
tienden a matar hasta a las cepas industriales más resistentes de levadura,
haciendo difícil la producción de etanol.
Lo sorprendente es que el equipo de Doran-Peterson y G. Matt Hawkins emplearon la evolución, así como la capacidad de adaptación de la Saccharomyces cerevisiae, una especie de levadura usada comúnmente en la industria para la producción de etanol de maíz, para generar una "superlevadura".
Su investigación demuestra que la superlevadura hace su trabajo de fermentación con gran eficacia, soportando los compuestos tóxicos que afectan a otras levaduras. El resultado es la producción de etanol a partir de concentraciones más elevadas de madera pretratada de pino que las logradas en otras investigaciones de las que se tenga noticia.
Lo sorprendente es que el equipo de Doran-Peterson y G. Matt Hawkins emplearon la evolución, así como la capacidad de adaptación de la Saccharomyces cerevisiae, una especie de levadura usada comúnmente en la industria para la producción de etanol de maíz, para generar una "superlevadura".
Su investigación demuestra que la superlevadura hace su trabajo de fermentación con gran eficacia, soportando los compuestos tóxicos que afectan a otras levaduras. El resultado es la producción de etanol a partir de concentraciones más elevadas de madera pretratada de pino que las logradas en otras investigaciones de las que se tenga noticia.
Fuente: Universidad de Georgia, Noticiasdelaciencia.com
Foto: Grupoecologistacp.blogspot.com