La dependencia excesiva de los herbicidas a base de glifosato y productos parecidos
para mantener a raya a la maleza en campos agrícolas, ha producido un notable
incremento en el número de hierbajos genéticamente resistentes y crecen de
manera alarmante.
Una forma en que la maleza desarrolla resistencia es produciendo una enzima que sea insensible al herbicida, pero que aún mantenga la funcionalidad celular. Las malas hierbas también han desarrollado estrategias para alejar al herbicida de las enzimas que se pretende atacar.
Fuente: Noticiasdelaciencia.com