El insólito episodio trascendió en los últimos días, aunque la historia comenzó el pasado martes 20 de marzo en el entorno del edifico comunal de la localidad.
Ese día, el secretario de Gobierno del municipio se acercó hasta la comisaría local y apuntó contra un pintor contratado para refaccionar las instalaciones.
Las sospechas del hombre comenzaron con la llegada de la factura de los servicios de una empresa de telefonía celular contratada por la Municipalidad. El servicio cuenta con veinte “chips”, es decir, veinte líneas habilitadas para la comunicación entre terminales bajo el famoso “plan empresas”.
El hombre contó que todos los meses el servicio tiene un valor de entre 3 mil y 4 mil pesos, pero que en el último saldo la facturación había ascendido a los 26 mil pesos, ni más ni menos.
Sorprendido, el funcionario revisó la factura y descubrió que 24 mil pesos del monto total habían sido consumidos por una de las líneas que habían dejado de utilizar, cuyo “chip” se hallaba en uno de los cajones de su escritorio. Cuando revisó, el hombre se percató que de allí faltaba ese “chip” y, además, tres teléfonos celulares Motorola modelo C-139.
El secretario comenzó a investigar y al día siguiente notó que también había desaparecido de un armario una CPU con dos discos rígidos marca HP, de importante capacidad y que iba a ser instalada próximamente como servidor del sistema informático de la Comuna.
Entonces, el hombre comenzó a “atar cabos” y llegó a la conclusión de que el único extraño que había rondado la Municipalidad en los últimos días era un pintor de 26 años contratado para tal fin.
Con esas sospechas y otros elementos, la Justicia procedió a allanar la vivienda del profesional de la brocha, donde se confirmaron los dichos del funcionario: en la casa hallaron los tres celulares y la CPU siniestrada.
Después del procedimiento, los investigadores solicitaron a la firma telefónica un extracto con todas las comunicaciones realizadas por el “chip” en cuestión, en donde se hallaron unos sesenta números de personas que serían del entorno del pintor/delincuente.
Así las cosas, efectivos de la comisaría local y de la Unidad Regional VIII de la Policía provincial (con asiento en San Vicente) detuvieron al joven, que quedó a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de la Segunda Circunscripción Judicial por un hecho que fue caratulado como “Hurto y defraudación en perjuicio de la administración pública”.
Fuente: Primera Edición