Días atrás les mostrábamos la preocupación de unos vecinos por la eventual caída de un árbol. Luego de pedir incansablemente que lo vengan
a podar o a cortar decidieron colocar carteles advirtiendo sobre la peligrosidad
del mismo.
En las últimas horas, producto quizás de la tormenta del domingo,
el
árbol cedió y todo su peso cayó en medio de la calle Alfredo Palacios sin
provocar daños.
La indignación pasa por advertir al municipio sobre un
riesgo real y que sin importar las consecuencias decidan no realizar ningún tipo
de tarea. En esta ocasión nadie resultó herido pero demuestra una vez más que
en San Vicente para que las cosas se hagan hay que hacerlas uno mismo.
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