Los investigadores luego de obtener los resultados de las
tareas técnicas llevadas a cabo en el candado secuestrado en el lugar del
hecho, pudieron determinar que el mismo fue cortado hallándose abierto; utilizándose
una sierra y desde el interior del patio; que la reja en forma de malla fue
cortada desde adentro hacia afuera, que las herramientas utilizadas para la
comisión del hecho fueron halladas en la vivienda siendo reconocidas por la
victima como de su propiedad.
Asimismo, tanto el teléfono celular como la computadora, que
fueran denunciados como sustraídos, fueron encontrados escondidos debajo de la
cama matrimonial. Por otro lado el desorden de los muebles y electrodomésticos
del interior de la vivienda no presentaban daños, pese a que la denunciante manifestó
que los mismos fueron arrojados violentamente al suelo por los delincuentes. También
estableció la extracción de dos pernos de las bisagras de la puerta ubicada en
el sector del lavadero, siendo que la victima denuncio que la misma se
encontraba recostada sin llaves.
Además se recibió declaración testimonial a
varios vecinos del barrio (cuya identidad se reservan). Uno de ellos
manifestó haber cruzado frente a la vivienda momentos antes de que se activara
la alarma de la misma, no observando nada extraño; otro dijo encontrarse
sentado en el corredor de su vivienda, distante a unos setenta metros
aproximadamente del lugar del hecho, durante el horario en cuestión, no
observando presencia de personas algunas fuera del domicilio de la víctima y
una tercer persona que circulaba por el lugar en ese horario, manifestó no
haber visto personas en cercanías del lugar.
En resumen fue imposible determinar si el hecho se cometió
de la manera en que la presunta víctima lo denunciara.
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