En un juicio abreviado, Lourdes Estela A. (47) recibió la pena de doce años de prisión efectiva por el delito de “corrupción de menores” al confesar que sometió en reiteradas oportunidades a su propio hijo de 5 años.
La mujer de oficio tarefera, reconoció que los abusos se registraron en una pieza de alquiler y en los campamentos de tarefa en los que trabajaba, en la localidad de San Vicente.
La historia del niño se conoció por medio de la denuncia de un vecino, un joven que circustancialmente cruzaba por el pasillo que daba a la ventana de la habitación de la mujer. Fue allí cuando vio los abusos y llamó a la Policía.
Durante la instrucción, el pequeño contó en la cámara gesell los maltratos que debió soportar, uno de los más degradantes delitos por parte de quien debía protegerlo.
Finalmente ayer, el tribunal integrado por los jueces Francisco Aguirre, Amalia Lilia Avendaño y Juan Pablo Rivero, sentenció a la mujer por el delito de “corrupción de menores”.
Lourdes fue esposada y trasladada a la Alcaldía de Mujeres de Miguel Lanús donde deberá purgar su condena.
La vieron los vecinos
Según el informe de la Policía registrado en septiembre de 2012, los vecinos del barrio Sol de América de San Vicente fueron quienes denunciaron el caso tras observar, por una ventana, cuando la mujer estaba desnuda sobre la cama y con el menor entre sus piernas.
Trascendió que la tarefera alquilaba la habitación desde hace poco más de tres semanas y de acuerdo a las descripciones aportadas por los pesquisas la ventana daba hacia la calle, de modo que varios vecinos aseguraron que vieron el hecho registrado el domingo 2 de septiembre de 2012 cerca de las 18, cuando una vecina llamó a Nelson (26).
La denuncia
El joven salió de su habitación, también de alquiler para ir al mercado. Allí su vecina le pidió que cruce por el pasillo y se detenga frente a la pieza donde alquilaba la condenada junto a su hijo.
Al detenerse observó a tras luz por una cortina semitransparente que la mujer estaba desnuda sobre un colchón con su hijo de cinco años, ubicado entre sus piernas practicándole sexo oral.
Al ver el episodio, Nelson se dirigió de inmediato a la dependencia policial donde denunció el hecho.
Una comisión policial arribó al lugar y por orden del juez de turno, la mujer fue apresada.
Durante la instrucción los residentes manifestaron que no sería la primera vez que ocurre, ya que notaron actitudes poco habituales en la madre y detallaron que la mujer pasaba parte del día encerrada en la habitación, junto al pequeño.
Señalaron además, que debido al oficio que tenía la detenida, solía ausentarse del domicilio entre 15 a 20 días para trabajar en la tarefa. También habría confesado que durante ese lapso abusaba del pequeño.
Ese mismo día la mujer fue alojada en un calabozo donde recibió asistencia psicológica.
En tanto el niño, fue entregado para guarda y cuidado a uno de sus hermanos mayores que reside en la localidad de Dos de Mayo, ya que el menor vivía sólo con su madre.
Con respecto al padre de la criatura, fuentes de la investigación detallaron que el hombre fue identificado, pero de acuerdo a las averiguaciones el niño no estaría reconocido formalmente.
Fuente: El Territorio