domingo, 16 de marzo de 2014

Docentes, a Laburar

Algo que me cuesta entender es cómo la sociedad se divide por el simple hecho de que haya quienes reclamen para estar mejor. En esta semana escuché de todo, desde los que defienden los reclamos de los docentes hasta los que les da igual o directamente están en contra. Un párrafo aparte es justamente este último grupo, que dentro de su conformismo deciden atacar a cada sector que se manifiesta por una recomposición salarial, y lo hacen quizás porque no tienen el valor de enfrentarse su propia realidad o se ven atrapados en un compromiso político corrupto que los "acomodó" en algún rincón endeble. Las frases son muchas: "todos los docentes tienen auto", "los maestros tienen tres meses de vacaciones y para colmo viajan a todos lados con el sueldo que ganan ¿para qué piden más?", "que vayan a laburar, para qué joden a la gente", "los chicos qué culpa tienen" entre otras. Tampoco los culpo porque hasta la propia presidenta de la Nación manifestó en Cadena Nacional algunas de estas apreciaciones y ellos, actúan casi por reflejo, pero también por "conformismo". Otros simplemente no pueden entender que los docentes ganan mal, y ellos pésimo, así que se dedican a opinar por lo bajo como si del enemigo se tratara.

Docentes marchando en Posadas

Solo quien es docente o comparte la vida con uno ellos sabe de su sacrificio y dedicación. Es verdad que tienen una importante responsabilidad al formar a nuestros jóvenes pero también, son los testigos silenciosos de nuestro futuro como sociedad. Tienen que ver como en algunos casos su director fue designado por voluntad política y más aún cuando ni título docente posee. Además, tienen que soportar aulas pequeñas que van desde los 35 hasta los 45 alumnos; de los cuales a más de la mitad no le importa aprobar, y algunas veces les dicen sin vueltas: "nosotros estamos acá para que nuestros padres cobren sus planes". Un docente enseña, pero en la casa se educa, parece que esos conceptos también se tienen de lado ya que, para el Estado, la familia es el pilar fundamental de la sociedad y en estos años cuesta cada vez más ver una familia constituida como tal, algo que quizás merezca un análisis más profundo en otra oportunidad. Hoy por hoy, un docente del secundario puede llegar a tener hasta 200 alumnos (sino más) en el caso que tenga sus horas completas, cada vez que llega la hora de los exámenes tiene que sacrificar fines de semana enteros para corregir a cada uno y con tristeza ver las notas cada vez más bajas y...que ni se le ocurra reprobarlos a todos, porque lo más probable es que termine con una "recomendación" de la dirección para que "revea" esa situación, "no sea cosa que los índices de repitencia se disparen en la provincia". Ante ese panorama de aulas saturadas, alumnos sin educación familiar y presión política/sindical, ¿qué les queda a nuestros docentes? pues aprobar y decir "si señor" a todo con tal de llegar al final del día sin dejar "locos" a todos en la familia.

Ahora imaginemos el destino de los jóvenes que logran entrar a una universidad, facultad o terciario porque es como un muro que les golpea en la cara. La realidad se hace evidente, no saben ni la mitad de lo que deberían. En algunas instituciones privadas por ejemplo, los docentes tampoco pueden reprobarlos a todos porque se quedarían sin alumnos y son ellos quienes aportan la cuota. Así que, se repite la historia. Según lo que elijan estudiar, serán profesionales que más tarde serán colegas de aquellos que fueron sus profesores, y así, la visión de mediocridad se termina haciendo realidad: personas que a pesar de haber alcanzado un título no estarán a la altura de las circunstancias y acarrearán a las aulas menos calidad de enseñanza; y todo esto, solo porque alguna vez un gobierno "no quiso que los índices de repitencia afectaran su gestión".


Creo que estos fueron secretos a voces que permanecieron muchos años lejos de los padres, de los alumnos o de la sociedad en general, historias que nadie se atrevió a contar salvo entre amigos, colegas o en alguna que otra red social, allí donde muchos se sienten medianamente seguros. Ahora, lo que más me preocupa, no es únicamente que los policías repriman a los docentes, esos que aprendieron con ellos a leer y escribir y que los acompañaron cuando reclamaban también por sueldos dignos, o que ciertos dirigentes sindicales traten por medio de la intimidación y de la fuerza obligarlos a aceptar que los resultados de "su negociación" son insuperables, o que la Diputada Provincial Noelia Leyría del Frente Renovador quiera modificar el Artículo 40 de la Constitución Provincial mediante Referéndum para asegurar que los docentes sigan en clases si o si, no, no me preocupan únicamente estas cosas, me preocupa el hecho de que en unos meses ya nadie quiera hablar de lo vivido, que quieran debatir en profundidad algo que va más allá del reclamo, me preocupa que solo quede en un anuario de fin de año que algún medio publique, que digan: "acá no pasó nada porque como ustedes bien saben, no existió, ni existirá un gobierno que haya hecho más por la educación como éste", o al menos eso es lo que por las buenas o por las malas nos quieren hacer creer así que docentes, una vez que termine el conflicto, a laburar porque sin importar lo que digan solo ustedes saben cuánto vale su trabajo, porque solo ustedes saben lo importante que es ser libres, a luchar por no dejarse intimidar y por sobre todas las cosas a laburar para cambiar esta historia, que con su ejemplo de lucha seguro nuestros jóvenes se van a formar.

Daniel Orloff, Locutor/Periodista de Multimedios Libertad
Fotos: Facebook MPL