lunes, 21 de julio de 2014

San Vicente Tierra de Prostíbulos

Al costado de la Ruta Nacional 14 y Provincial 13 proliferan prostíbulos con fachada de bar o parrillas. Chicas humildes son presa fácil de bandas dedicadas a la trata de personas

“La Policía cerró el bar donde había menores, pero a las pocos días se mudaron a la avenida Tejeda y están trabajando como siempre”, comentó un sereno de un comercio de avenida Libertador de esta localidad, donde hace un par de meses fue allanado un local donde funcionaba un prostíbulo.

El procedimiento se realizó en simultáneo en otro bar de la misma dueña en El Soberbio, donde este medio confirmó que siguen operando sin ningún tipo de restricción.

“Acá en San Vicente la prostitución es algo histórico y hay muchos locales porque es una ciudad de paso. Hay muchos camioneros, turistas y la misma gente del pueblo. Es una ciudad que tiene mucha colonia y vienen al pueblo para estar con prostitutas. Es una cuestión cultural”, comentó una fuente local.

Si bien existen esporádicos controles, la actividad va en aumento y se asentó al costado de la ruta nacional 14, donde proliferan prostíbulos con fachada de bar, pool y hasta parrilla.

No existen más, al menos en la zona, los locales con foquitos rojos al frente, pero la explotación sexual persiste porque hay personas que sostienen el comercio. Es una cuestión de oferta y demanda. Pura lógica de mercado.

Uno de los nombres que surge enseguida es el de una mujer que regentea un conocido lupanar y años atrás habría protagonizado un siniestro hecho policial. Cuentan que mandó a matar a su esposo y lo tiraron en un pozo.

Después se relacionó con un cordobés que tendría un prostíbulo en su provincia natal. Según conocedores del entorno, la mujer capta mujeres con falsas promesas de trabajo y luego las introduce en el oscuro mundo de la prostitución.

Un segundo paso es seleccionar a las mejores, según los parámetros del rubro, quienes son trasladadas a Córdoba. Se trataría de una compleja red de trata con base en San Vicente.

“La señora esta recorre la colonia buscando chicas. Primero les dice para trabajar en casas de familia o en un negocio, pero cuando están acá les dice que van a trabajar en el bar, sirviendo a los clientes y que si quieren pueden hacer unos pesos más. Hay chicas que enseguida agarran viaje, pero otras que no y ahí les obligan a acostarse con los tipos”, confiaron.

Vulnerables

A las más rebeldes les sacan su DNI y las someten con amenazas a sus familias. Son chicas jóvenes, de familias pobres y muchas veces criadas en la promiscuidad absoluta, en familias con hasta diez hijos, donde los padres duermen en la misma habitación y mantienen relaciones delante de los menores, a veces en la misma cama. Un caldo de cultivo propicio para reclutar a mujeres vulnerables desde todo punto de vista. Muchas veces esas chicas ya tienen hijos y, con tal de mantenerlos, aceptan ser sometidas para hacerse de algunos pesos.  

Sobre el accionar del cordobés, comentaron que es pareja de la mujer que regentea un conocido bar y prostíbulo que está ubicado frente un club de San Vicente.

“Las chicas son engañadas dos veces, primero por la mujer y después por el tipo. Él se hace el amigo, durante unos meses se gana la confianza de las chicas, y llegado el momento les promete trabajo en Córdoba y les dice que van a ganar a mucha plata allá. Depende la chica le dice la verdad, o le miente que van a trabajar en algún negocio. Hay chicas que se fueron y nunca más volvieron”, alertó.

Otro conocido burdel se ubica sobre la ruta Provincial 13, acia El Soberbio, un camino transitado por turistas, transportistas y viajantes. La prostitución y sus nexos con el mundo del hampa, el contrabando, el narcotráfico y la trata de personas son moneda común en la zona.

La idiosincrasia lugareña, la permeabilidad de la frontera, el flujo comercial y la complicidad de algunas autoridades propician la explotación de centenares de mujeres misioneras que son presa fácil de los nefastos mercaderes del sexo.

Fuente: El Territorio