De esos siete asesinatos, cuatro se produjeron en la
localidad de El Soberbio, entre ellos el brutal asalto a la sucursal del Macro
en esa localidad, que derivó en la ejecución del cabo primero de policía
Roberto Omar Ballesteros.
De acuerdo con el censo de 2010, la densidad demográfica de
San Pedro creció un 20% respecto del estudio anterior. Lamentablemente,
pareciera repercutir en los registros de inseguridad. Comienza a aparecer
como una de las complicadas en materia de homicidios. En este 2015 se cometieron ya dos crímenes en ese
lugar; curiosamente ambos en el paraje de Colonia Fracrán. Al problema
de la falta de personal policial se agrega el contexto económico,
socialcultural y geográfico en el que está inmersa la Unidad Regional VIII.
Se trata de
una jurisdicción limítrofe con Brasil, con el río Uruguay de por medio, donde
el tráfico ilegal se naturalizó y la gente considera “normal” la actividad
habitual que realizan los llamados “chiveros” (mercaderes de lo ilegal,
comenzando por el transporte de cigarrillos de procedencia paraguaya hacia
Brasil).
Para colmo,
en ese territorio es casi nula la presencia o patrullaje de las fuerzas de
seguridad federales, llámese Prefectura Naval Argentina o Gendarmería Nacional.
Esa situación facilita o contribuye, de alguna manera, con la proliferación de
actividades ilegales y la ausencia de controles migratorios.
Ese
contexto, sumado a la existencia de innumerables puertos clandestinos, permite
que la gente pase de un lado a otro de la frontera sin ningún tipo de control. Por eso no
resulta extraño que criminales de toda calaña delincan en un país y huyan al
otro sin mayores inconvenientes ni obstáculos.
Fuente: Primera Edición