La entidad, una de las más nuevas del sector productivo
tabacalero, busca dejar atrás “la tiranía de la chapa de cartón” que ataba a
los colonos a una asistencia que debía repetirse año a año por la poca
durabilidad del material, y que sin embargo requería millonarias inversiones
del FET.
La Actim inició el año pasado la ejecución de un plan dentro
de los Programas Operativos Anuales (POA)?que reinvierten los excedentes del
FET en proyectos productivos.
Mediante este programa adquirieron chapas de zinc para
reemplazar ya no solo el techo de los galpones de secado de tabaco de sus socios,
siempre golpeados por las contingencias climáticas y en especial por el
granizo, sino también los techos de las viviendas precarias.
En 2015 lograron reemplazar 180 techos de cartón por
sus equivalentes en chapas de zinc, y este año, con la devolución del 60% del
valor de los materiales, volvieron a comprar chapas para otras 34 casas de
productores.
Pero el plan pretende beneficiar a otras 300 familias en
total para finales de 2016. “Para nosotros es un sueño que esperamos
mucho tiempo. El FET está destinado a mejorar la calidad de vida del productor
no solo mediante reconversión productiva sino en forma integral. Logramos que
ningún productor vuelva a recibir chapas de cartón de ninguna asociación y
hasta el gobierno de la provincia se adaptó a este nuevo modelo de asistencia
más permanente y menos dependiente. Este año esperamos terminar con la
provisión de chapas de zinc para otras 300 familias socias de Actim” explicó
Paulo Batirola, presidente de la entidad.
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