Son veinte millones presupuestados para doce cuadras de tierra que no se aprovechan. Los vecinos de Puerto Paraíso, ubicado a treinta kilómetros de El Soberbio (y a una distancia similar de los saltos del Moconá), no tienen suministro de agua potable por red y los caminos se encuentran en tan malas condiciones que muchos no pueden salir de las chacras para vender sus productos.
Pero en el mismo paraje el Gobierno misionero invirtió más de veinte millones de pesos para compactar y acondicionar un tramo de tierra de 1.200 metros de largo por 30 de ancho para una “aeropista” que posibilite la llegada de turistas en vuelos privados para conocer la llamativa falla geológica que forma los cuatro kilómetros de caída de agua.
Pero desde que se inauguró, en diciembre de 2014, la pista no volvió a ser utilizada, salvo en contadísimas excepciones. “Si bajó un vuelo en todo este tiempo es mucho, no viene nadie, nunca” aseguran los vecinos.
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