Nahuel Gandolfi, más conocido como “El Roble”, es un luchador argentino de artes marciales mixtas que vive en Filipinas hace unos años. Su historia es un ejemplo de superación personal, pasión y resiliencia. En esta entrevista exclusiva nos cuenta cómo fueron sus inicios, sus desafíos y sus sueños en este deporte.
Foto: diario hoy |
¿Cómo empezaste a practicar artes marciales mixtas?
Empecé de chico, mi viejo me inspiró. Él es profesor de karate y me impulsó a practicar las artes marciales desde que era un nene. Fue mi entrenador durante toda mi infancia y mi adolescencia. Después fui incorporando otros estilos y me interesé por las artes marciales mixtas porque es un deporte muy completo y muy noble.
¿Qué te motivó a dejar tu país y buscar nuevas oportunidades en el exterior?
La verdad es que en Argentina no tenía mucho apoyo ni recursos para dedicarme a esto profesionalmente. Es un deporte que no tiene mucha difusión ni reconocimiento. Además, creo que somos muy exitistas como sociedad y estos deportes no se tratan de eso. Hay que trabajar duro, tener paciencia y perseverancia. Por eso decidí apostar por irme a China primero y luego a Filipinas, sin un pasaje de vuelta. Quería seguir mis sueños y demostrar mi potencial.
¿Cómo fue tu adaptación a Filipinas y cómo viviste la pandemia?
Fue difícil al principio, porque llegué justo cuando empezó la pandemia. Pasé de todo: soledad, hambre, un tifón… Pero nunca dejé de entrenar, porque la pasión seguía intacta. Al no poder trabajar por las restricciones, me dediqué 100% a entrenar con otros luchadores que hay acá. Me recibieron muy bien, me hicieron sentir como en casa. Acá tengo mi equipo, mi familia, mi pareja Hannah, su hija Zemira que me acompañan en todo y "Porotito" el hijo fruto de su relación que nació en mayo de este año.
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