El cuerpo de Joaquín Castillo, un niño de 13 años, fue descubierto sin vida en las aguas del arroyo Guiray durante la tarde del miércoles. Castillo, conocido por su condición de epilepsia y retraso madurativo, había desaparecido el martes por la noche de Pueblo Illia, lo que desencadenó una intensa búsqueda por parte de la comunidad y las autoridades locales.
El menor fue visto por última vez por su hermano de 11 años. Al regresar a su hogar y no encontrar a Joaquín, se alertó a la familia y se inició la búsqueda. El padre del niño, quien se encontraba trabajando en ese momento, se unió a la búsqueda tan pronto como fue informado de la desaparición.
El miércoles a las 15 el esfuerzo conjunto culminó en un trágico hallazgo: el cuerpo de Joaquín yacía entre las rocas del arroyo, un lugar que la familia frecuentaba para visitar a parientes al otro lado del cauce. A pesar de no ser un arroyo particularmente grande o profundo, su lecho rocoso plantea riesgos, y se presume que el joven pudo haber resbalado o tropezado en su camino hacia la casa de sus parientes, resultando en su ahogamiento.
Un médico local examinó el cuerpo y determinó que la causa de la muerte fue asfixia por inmersión. En un gesto de compasión hacia la familia afligida, las autoridades decidieron no realizar una autopsia y entregaron el cuerpo directamente a los familiares para su duelo y sepultura.
*Imagen ilustrativa |