miércoles, 5 de marzo de 2025

Crisis Yerbatera: una Mirada a sus Posibles Causas

Nota de opinión por Daniel Orloff.

Nada nuevo, el sector yerbatero atraviesa una nueva crisis que ha generado incertidumbre entre productores y empresarios. La caída en el precio de la materia prima y el descenso del consumo interno son factores visibles, pero detrás de ellos se esconden dinámicas más complejas, que van desde decisiones del gobierno anterior hasta cambios en los hábitos de consumo en una economía más estable.

Producción y consumo interno en caída

Según datos oficiales del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en 2024 la producción total de hoja verde alcanzó un récord de 986,7 millones de kilos, lo que refleja un incremento del 27,3% en comparación con el año 2023 y el nivel más alto desde 2019. Sin embargo, mientras la exportación mantiene una tendencia al alza, el consumo interno ha mostrado una baja.

En 2023, el despacho de yerba en el mercado interno fue de 268,8 millones de kilos, lo que representa una caída en comparación con los 282,3 millones de kilos de 2022 y los 284,6 millones de kilos de 2021. Este descenso no solo se debe a una menor demanda, sino también a cambios en el comportamiento de los consumidores. Hasta 2023, la inflación obligaba a los argentinos a adquirir grandes volúmenes de productos básicos apenas cobraban su salario, lo que generaba la impresión de un mayor consumo en los supermercados. Con la llegada de Javier Milei y la estabilización de precios, esa lógica cambió: el consumidor ya no siente la urgencia de stockearse y compra de manera más organizada, adquiriendo solo lo necesario, sabiendo que en unos días el precio podría bajar.

Importaciones: los números desmienten el inconveniente del "Libre Mercado"

Uno de los argumentos esgrimidos para explicar la crisis yerbatera es la apertura comercial impulsada por el DNU 70/2023. Se ha argumentado que el aumento de las importaciones de yerba mate desde Paraguay y Brasil ha deprimido los precios. Sin embargo, los datos contradicen esta afirmación.

En 2024, ingresaron 11,9 millones de kilos de yerba más barata del exterior, lo que representa un aumento del 80,1% respecto de 2023, cuando la cifra fue de 6,61 millones de kilos. No obstante, este número sigue siendo inferior a lo ocurrido en 2021 y 2022, cuando, pese a las restricciones comerciales impuestas por el gobierno de Alberto Fernández, se importaron 26 millones y 20 millones de kilos, respectivamente. Es decir, en aquellos años se importó mucho más que en la actualidad, lo que pone en duda que la crisis actual tenga su raíz en la desregulación del mercado.

Un mercado con sobrestock y distorsiones heredadas

Otro factor clave que contribuyó a la caída del precio de la materia prima fue el stock acumulado. Un caso llamativo ocurrió durante la administración anterior, cuando el gobierno adquirió grandes volúmenes de yerba mate con el supuesto fin de abastecer comedores y reservas estratégicas. Sin embargo, en 2024, tras una denuncia por parte de agrupaciones sociales, se descubrieron depósitos de alimentos, con unas 12 mil toneladas de yerba no apta para el consumo humano. Se dijo que la compra de yerba se realizó a precios por encima del valor de mercado, alcanzando los 18,5 mil millones de pesos, favoreciendo a determinadas empresas, una de ellas radicada en San Vicente. Por esta razón, el gobierno de Javier Milei decidió frenar las licitaciones.

Este esquema generó una falsa sensación de mayor consumo. Cuando el nuevo gobierno interrumpió esas compras, se notó un stock superior al habitual, lo que podría ser uno de los motivos por los que los industriales redujeron sus compras de materia prima en 2024, afectando directamente a los productores.

Conclusión

La crisis yerbatera es el resultado de múltiples factores que tiene de protagonista a toda la cadena productiva. No se debe solo a la caída del consumo interno y la acumulación de stock (ambas influenciadas por políticas previas) sino también a la baja en la demanda industrial y a la injerencia de quienes, en lugar de garantizar un mercado libre y equilibrado, distorsionaron su funcionamiento. Mientras tanto, los verdaderos protagonistas, los productores, enfrentan serias dificultades económicas y necesitan, con urgencia, que se recomponga la demanda y se eliminen las trabas heredadas que asfixian su actividad.