Se las utiliza desde hace muchos años pero el circuito de circulación era más cerrado. El recorrido era el siguiente: partían del supermercado como crédito o cuenta corriente, generalmente otorgados a propietarios de aserraderos, yerbateros o empresarios tealeros; desde ahí pasaban a las manos de los peones y finalmente volvían al supermercado a cambio de mercaderías y otros bienes.
Actualmente la circulación de cuasi monedas, vales, bonos o monedas paralelas se habría instalado definitivamente en el comercio y en la vida económica de los habitantes de varios municipios de la Zona Centro de la Provincia. San Vicente es la cuna, pero también circulan por Dos de Mayo, El Soberbio, San Pedro e Irigoyen.
Los vales son diseñados e impresos a computadoras, con número de serie, código de barra y con el mismo valor que los billetes de 10, 20, 50 y 100 pesos. Incluso, si alguien no gastó el total del valor con su compra, en la caja del supermercado se imprime una especie de ticket con el valor del vuelto o cambio, que sirve para hacer otra compra en el futuro. El cambio de un vale es un contra vale, no se otorga efectivo.
A pesar de que se lee “no negociable” en los bonos, es común que se paguen servicios informales de todo tipo o hasta circulen por la mayoría de los comercios no bancarizados de la región.
Los peones y empleados informales (en negro) son los más
afectados, ya que reciben importante parte de su salario en este tipo de vales
y ven limitada la posibilidad de utilizarlos para comprar medicamentos en
farmacias, usarlos para el transporte público, pagar servicios formales u otras
utilidades.
Al transitar por las calles de San Vicente puede observarse algunos comercios con carteles en sus vidrieras con la frase: “acepto vales del supermercado...”. Otros no pegan carteles pero al ser consultados confirman que también aceptan.
Al transitar por las calles de San Vicente puede observarse algunos comercios con carteles en sus vidrieras con la frase: “acepto vales del supermercado...”. Otros no pegan carteles pero al ser consultados confirman que también aceptan.
Desde la Cámaras de Comercio de la región no avalan la
utilización ya que es ilegal, pero en la vida cotidiana casi todos han visto
transcurrir vales o bonos por sus manos.
Nota completa en: diario Primera Edición
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