Policías de las provincias de Catamarca, Neuquén y Río Negro se plegaron hoy a protestas en reclamo de mejoras salariales, lo que encendió la alarma en el Gobierno, luego de los violentos saqueos registrados en Córdoba esta semana.
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, que había viajado a Córdoba para coordinar la tarea de los gendarmes en la provincia, regresó por la tarde para reunirse con la presidenta Cristina Kirchner en la residencia de Olivos a fin de evaluar el panorama en todo el país, confirmaron fuentes oficiales.
La situación más difícil se registró en Catamarca, donde un centenar de efectivos irrumpió en la sede del Gobierno en repudio a la oferta salarial presentada por el Ejecutivo y amenazó con cerrar las comisarías, en reclamo de un salario básico de 13 mil pesos.
Tras varias horas de tensión, el hall de la Casa de Gobierno provincial fue despejado por efectivos de Prefectura Nacional con gases lacrimógenos y balas de goma que dejaron como saldo tres heridos, mientras que las cámaras de televisión registraron a al menos un policía disparando con un arma de fuego hacia el interior del edificio.
Por pedido de la gobernadora catamarqueña, Lucía Corpacci, el Gobierno nacional había enviado 200 gendarmes para evitar posibles saqueos como los que ocurrieron en Córdoba y La Rioja como consecuencia de las protestas policiales, pero no logró evitar que en la capital provincial se registraran destrozos en comercios e intentos de robo.
En Neuquén, un grupo de policías realizó una marcha por el centro de la capital para reclamar un incremento salarial que lleve el básico a 12 mil pesos (lo que significaría incrementos de hasta el 50% en sus salarios) y unas 500 personas tomaron la Jefatura de la Policía.
Los efectivos indicaron que pretendían una rápida respuesta al pedido, por lo que anunciaron que se quedarían por tiempo indeterminado en la sede policial, mientras representantes de la fuerza y funcionarios provinciales continuaban con las negociaciones en la Casa de Gobierno para destrabar el conflicto.
El subsecretario de Seguridad Pública y Participación Ciudadana de la Provincia, Gustavo Pereyra, aseguró que la policía "está trabajando" y reconoció que se produjo un intento de saqueo en un hipermercado, aunque aclaró que la Policía actuó rápidamente y se solucionó el problema.
"Si lo que querían era instalar el tema, está instalada", señaló el ministro de Coordinación de Gabinete y Seguridad, Gabriel Gastaminza, en referencia a las protestas que se llevaron a cabo tanto en la capital provincial como en Chos Malal, Junín de los Andes y Zapala, donde los comerciantes cerraron sus locales por temor a posibles saqueadores.
Mientras tanto, en Río Negro hubo una protesta de personal policial en la ciudad de Cipolletti, lo que motivó que los comerciantes de la zona norte bajaran las persianas, aunque por la tarde finalmente hubo un acuerdo por mejoras salariales y el pago en término de las sumas por servicios adicionales, informo la prensa local.
Al respecto, el comisario de la regional quinta, Néstor Bobadilla, aseguró que se trataba de efectivos que estaban "de franco", por lo que "no entorpecieron el normal desenvolvimiento del servicio", y que no se trató de un acuartelamiento porque "no tomaron ninguna unidad".
Sin embargo, el abogado de los efectivos rionegrinos, Gustavo Lucero, manifestó que al "reclamo pacífico" se había sumado personal de Bariloche y de General Roca, por lo que el conflicto se había "provincializado", aunque aclaró que no se había afectado el servicio.
Este jueves, la Policía provincial había evitado además el saqueo de un supermercado mayorista en la ciudad de Bariloche, donde hace un año se registraron violentos saqueos, y durante el operativo detuvieron a dos personas.
La situación se repitió en La Rioja, donde la policía amenazó con acuartelarse y durante la noche de este jueves se produjeron algunos "robos, saqueos y destrozos, por los que hubo 15 detenidos, en su mayoría menores de edad", precisó el comisario Néstor Andrada al diario El Independiente.
Sin embargo, este miércoles por la mañana, tras movilizarse hacia la plaza principal de la capital riojana, la fuerza llegó a un acuerdo salarial con el gobierno de Luis Beder Herrera y los efectivos recibieron un aumento de unos 3 mil pesos.
A pesar del rápido acuerdo al que arribaron, el gobernador se mostró molesto por la protesta, ya que -sostuvo- "los policías tienen una escala de jerarquía bien marcada" y deslizó que habrá cambios en la fuerza.
Asimismo, se refirió a "los policías gordos, que andan con las panzas así" y aseguró que "no van a ascender más" y agregó: "Voy a sacar un decreto sobre eso. Ahora van a saber".
Dentro de la ola de reclamos salariales por parte de las policías provinciales, Mendoza no es ajena y el próximo lunes el ministro de Seguridad local, Carlos Aranda, se reunirá con efectivos de la fuerza para dialogar acerca de los reclamos, aunque el funcionario aclaró que "está todo absolutamente normal".
De todas maneras, los supermercados mendocinos cuentan con custodia permanente y los casi 400 gendarmes que se encuentran en la provincia están en alerta ante la posibilidad de un eventual pedido de intervención.
FUENTE: Noticias Argentinas, Diariouno.com.ar