Margarita Carlotto (76) fue la primera en instalar su aserradero en el Parque Industrial de San Vicente, cuando este aún era solo un proyecto. Después de más de tres décadas de trabajo e inversión, tuvo que abandonar su emprendimiento por una ordenanza municipal que le quitó el predio. Ahora, el lugar será usado para ampliar el cementerio.
Carlotto recuerda que empezó su actividad industrial en la década del 90, con la autorización del intendente Elvino Pellizer. Fue la responsable de hacer la limpieza, las calles y el tendido eléctrico del parque. En 1994, el gobernador Ramón Puerta inauguró su aserradero, el primero del parque. Sin embargo, su sueño se vio truncado por los desastres naturales y las desavenencias políticas.
“Sufrí cuatro tornados que destruyeron casi todo mi aserradero. El último fue el más grave, el que pasó por el barrio Malvinas. El intendente Valdir Dos Santos no me dio ninguna ayuda y repartió dinero a los demás”, relata Carlotto.
En 2016, el municipio desafectó su empresa del Parque Industrial y le inició un juicio de desalojo. Carlotto intentó negociar personalmente y contrató abogados, pero no logró recuperar su espacio ni su inversión. “Les dejé más de 250 millones de pesos y no me dieron un solo centavo”, lamenta.
Esta semana se cumplió el plazo para el desalojo y Carlotto tuvo que dejar el predio que la vio como pionera. El lugar será destinado a la ampliación del cementerio de San Vicente, un destino que contrasta con el espíritu emprendedor que siempre caracterizó al municipio como Capital Nacional de la Madera.
Fuente: Primera Edición.