El reciente hallazgo de espuma en el arroyo Macaco, ubicado en Dos de Mayo, y todos sus afluentes como el arroyo Macuco, ha generado gran preocupación entre los vecinos, quienes utilizan sus aguas para actividades cotidianas, incluso en áreas turísticas. La inesperada aparición de la sustancia blanca despertó interrogantes sobre su origen y posibles efectos en la salud de la población
Tras una investigación realizada por el Ministerio de Ecología de Misiones, se identificó que la espuma proviene de un aserradero situado a dos kilómetros aguas arriba. Según las primeras hipótesis, el acopio de aserrín en contacto con las lluvias recientes habría generado una reacción que desembocó en la formación de espuma.
Al golpear la espuma se notaba que era muy densa |
Operativo de Ecología en el arroyo
El viernes pasado, un equipo de técnicos del Ministerio de Ecología acudió al lugar para tomar muestras de agua, en colaboración con la Dirección de Bromatología local. Las pruebas recolectadas, tanto físico-químicas como microbiológicas, permitirán determinar si la espuma representa un riesgo para la salud como por ejemplo pentacloro (PCP), un producto tóxico para proteger la madera o, por el contrario, podría ser el resultado de un evento aislado.
Franco García, director de Impacto Ambiental del Ministerio, explicó que "el dueño del aserradero reconoció que el aserrín de madera nativa, en contacto con la lluvia, podría haber causado la espuma". García añadió que ya se realizó un acta de inspección y se solicitó al propietario un informe y plan de gestión ambiental. "Si los análisis no revelan contaminación, el aserradero deberá reubicar el acopio de aserrín para evitar futuros incidentes", puntualizó, haciendo de éste caso un hecho sin ninguna importancia o relevancia.
Posibles causas y próximas acciones
García sugirió que la intensa lluvia pudo haber lixiviado el aserrín, arrastrándolo al arroyo, lo que, al acumularse en zonas bajas, provocó la espuma. Sin embargo, las causas precisas se conocerán una vez que se completen los análisis en el plazo de 15 días, cumpliendo con las normativas provinciales y el Código Alimentario Argentino para evitar cualquier sospecha de encubrimiento.