El petróleo del futuro puede que ya no se tenga que extraerse
penosamente del subsuelo, sino que se cultivará en granjas. Ingenieros del Departamento
de Energía Estadounidense acaban de lograr un método que transforma algas en crudo,
el mismo crudo que, una vez refinado, se convierte en gasolina o en otros
productos derivados.
Y lo mejor es que el procedimiento es que sólo tarda una
hora.
No es la primera vez que se logra convertir algas u otras
materias primas de origen vegetal en petróleo, pero este avance es importante
por dos motivos, el primero es que es muy rápido. El segundo es que las algas
son muy fáciles de cultivar en abundancia. Para suplir las necesidades de
petróleo de Estados Unidos bastaría con dedicar el 0,42% de su territorio a
este cultivo. Si lo comparamos con biodiesel extraído de, por ejemplo, soja,
haría falta plantar soja en la mitad del país.
Douglas Elliott, director del proyecto en el Laboratorio
Nacional Pacific Northwest compara el procedimiento a los sistemas de ollas a
presión que se utilizan en cocina, sólo que con más presión y temperatura.
Aparte de crudo, del proceso también se extrae gas natural, agua limpia,
nitrógeno, fósforo y potasio. Todas estas sustancias se pueden reutilizar como
nutrientes para cultivar más algas.
Todo indica que Estados Unidos ve en este petróleo de algas
una alternativa muy real para alcanzar autosuficiencia en el abastecimiento. El
país ya está trabajando con una compañía llamada Genifuel, para llevar este
crudo ecológico al mercado.